sábado, 21 de febrero de 2015

Balmori 2015



Del 12 al 14 de febrero un grupo de 50 alumnos de Religión del Instituto de Enseñanza Secundaria  “Astures” de Lugones ha celebrado, otro año más, las jornadas de educación en valores que organizan el departamento de Religión de este instituto. Se ha pretendido con ello abordar ese complejo mundo que es la adolescencia. Una edad crítica sumergida en un tiempo de crisis. Hemos intentado abordar aquellas características que marcan este complejo y apasionante momento de la vida: abandonar la condición de niño y asumir una nueva identidad, la inseguridad ante los descubrimientos, la superación de visiones distorsionadas de sí mismos, el miedo al rechazo y a ser juzgados por los otros, la necesidad de organizar e integrar distintos sentimientos, la aceptación de la verdadera imagen de uno mismo. Todos ellos son algunos de los temas que se trataron a lo largo de las distintas dinámicas que jalonaron el trabajo de este encuentro.

Además, la actividad ha posibilitado convivir en unas coordenadas bien distintas de las que establecen los parámetros consumistas a los que están acostumbrados nuestros alumnos. Lejos del ruido de la ciudad, de los centros habituales de consumo, la actividad ha posibilitado espacios creativos de diversión, propiciando el sentido del humor, la cooperación y el ingenio.

El trabajo se ha desarrollado siguiendo formatos diferentes. Dinámicas de grupos, cine-forums, coloquios y debates, han servido para profundizar en el mundo interior de los alumnos participantes, discernir aquellos valores que verdaderamente les definen, sopesar sus fortalezas y debilidades, reconocer las amenazas que se ciernen sobre ellos y afrontar los retos para abrazar esa temible y, a la vez, anhelada condición de adultos.

Al final la experiencia ha merecido la pena. Han sabido comportarse de modo responsable, a pesar de algún desvelo nocturno, a pesar de ser tantos, pues se llenaron todas las plazas, y así lo han reconocido los responsables del albergue, así como los conductores del autocar que nos transportó. Ha servido para fortalecer la relación entre ellos y con los profesores. Una vez más, los profesores responsables de la actividad, Fernando, Chema y Lisardo, pensamos que ha merecido la pena. Ha siso una oportunidad impagable para poder llegar a nuestros alumnos y conocerlos mejor. Acompañar a los adolescentes en su proceso de crecimiento personal constituye uno de nuestros retos como educadores, nos permite conectar la enseñanza con la vida de nuestros alumnos, nos permite animarles a que sean fermento de solidaridad frente a un mundo tan injusto y desigual, y nos  abre las puertas para hablar de aquello que es verdaderamente esencial en nuestras vidas.

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